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Reflexiones

¿Quién eres en Cristo?

Pastor Frankie
Pastor Frankie Tovar
¿Quién eres en Cristo?

Una serie que revelará tu verdadera identidad, pertenencia, sentido y propósito en esta vida.

Vivimos bajo el perfecto plan de Dios. Es a través de Su gracia y Su misericordia que disfrutamos de incontables bendiciones:

SOMOS PERDONADOS

En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. – Efesios 1:7

Para comprender plenamente el significado del perdón de Dios y cómo se manifiesta en la vida del creyente, primero debemos entender lo que éramos antes de recibirlo:

  • Estábamos separados de Dios (Isaías 59:2).

  • Éramos esclavos del pecado (Juan 8:34).

  • Nos encontrábamos culpables ante Dios (Romanos 3:9).

Para ser libres de esta culpa, necesitamos el perdón divino. Pero, ¿qué significa exactamente ser perdonado por Dios?

Implica ser absueltos de toda culpabilidad, remitir la ofensa y cancelar nuestra deuda espiritual con Él.

¿Cómo puede un Dios santo perdonar a pecadores como nosotros?

Dios, por medio del sacrificio de Cristo, estableció las bases legales necesarias para ofrecernos Su perdón por gracia:

  • Jesús fue nuestro sustituto, cargando Él mismo la culpa y el castigo por nuestros pecados (1 Pedro 2:24).

  • El perdón requiere el derramamiento de sangre, y Cristo pagó plenamente este precio en la cruz del Calvario (Hebreos 9:22).

¿Cuándo perdona Dios nuestros pecados?

Cuando ponemos nuestra fe y confianza en lo que Jesús hizo por nosotros. (Hechos 10:43; 1 Juan 1:9).

Sin embargo, muchos creyentes viven con dudas constantes, preguntándose si Dios realmente los ha perdonado por completo.

Ante esta duda, recuerda esta verdad esencial:

El perdón de Dios está basado firmemente en Su Palabra, no en nuestras emociones ni pensamientos. Él mismo ha dicho:

Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré más de tus pecados. – Isaías 43:25

Si hoy deseas experimentar el perdón auténtico, tener una relación real y profunda con Dios, y vivir sin culpa delante de Su presencia, entonces: ¡Ven a Jesús! Él te espera con los brazos abiertos.

SOMOS LIBRES

Pórtense como personas libres, aunque sin usar su libertad como un pretexto para hacer lo malo. Pórtense más bien como siervos de Dios. – 1 Pedro 2:16

Dios nos recuerda a través de la historia de Moisés (Éxodo 3:11) y los espías de Israel (Números 13:30-33) que la manera en que nos vemos a nosotros mismos define cómo vivimos.

Nuestra identidad no está definida por un pasado doloroso, errores o etiquetas sociales. Nuestra verdadera identidad fue conquistada en la cruz por Jesús. Somos libres gracias a Él: libres del pecado, del miedo, del pasado y de cualquier esclavitud que quiera atarnos.

A veces, como el pueblo de Israel, podemos tener la tentación de volver a viejas cadenas porque la libertad nos reta. Sin embargo, Cristo nos llama a caminar firmes hacia la tierra prometida, aunque haya desiertos, lluvias o días difíciles. ¡Porque vivir libres en Él siempre será mejor que cualquier vida de esclavitud!

La libertad que recibimos no es para vivir como queramos, sino para servir a Dios con alegría, voluntariamente, como hijos amados. ¡No volvamos atrás! Caminemos firmes hacia la tierra prometida, sabiendo que somos libres para vivir una vida abundante en Él.

SOMOS NUEVAS PERSONAS

De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. – Juan 3:3

Ser una nueva persona significa vivir desde una perspectiva totalmente diferente. Ya no somos quienes solíamos ser antes de conocer a Cristo; ahora somos personas renovadas, transformadas, cuya vida proviene directamente de Dios.

¿Qué implica ser una nueva persona en Cristo? 

  • Un nuevo origen: que ya no proviene del nacimiento natural. Porque ahora somos adoptados como hijos de Dios.   (Juan 1:12-13)

  • Una nueva naturaleza: nuestra esencia espiritual pasa a ser  transformada radicalmente por Dios. (Efesios 4:24)

  • Un nuevo propósito de vida: la vida que ahora vivimos no es accidental ni casual. Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. Él moldea cada circunstancia para nuestro bien.(Romanos 8:28)

  • Una nueva mente: somos llamados a vivir bajo la dirección de Cristo: pensar, actuar y vivir como Él nos enseñó. (1 Corintios 2:16)

  • Un nuevo corazón: que se incline por obedecer y ser agradable a Dios. (Ezequiel 11:19-20)

Un ejemplo claro de este nuevo nacimiento lo encontramos en la vida de Zaqueo, relatada en Lucas 19:8-10. En su encuentro personal con Jesús, Zaqueo abandonó radicalmente la antigua persona que era caracterizada por la avaricia, el egoísmo y la corrupción y adoptó la nueva vida en Cristo, manifestada en generosidad, arrepentimiento y restauración hacia los demás.

Este cambio integral en la vida de Zaqueo nos muestra cómo Dios puede transformar completamente nuestra identidad, naturaleza, mente, corazón y propósito.